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La primera relación del pueblo de Cornwall con México comenzó in 1824, después de la Guerra de Independencia Mexicana. Todas las minas de México fueron abandonadas durante la guerra y con la paz llegó también la necesidad de reabrirlas y equiparlas con maquinaria moderna. Por ello, el gobierno mexicano buscó inversiones y nueva tecnología al otro lado del Atlántico. Cornwall se desarrollaba como la región minera más avanzada tecnológicamente en el mundo y de aquí vinieron mineros, ingenieros y equipamiento minero para reconstruir las minas del distrito. Uno de los primeros grupos en llegar en 1824 describió Real del Monte: “Tiene el aire de una villa saqueada por una horda de cosacos... Los tejados se caen, los muros se derrumban y, en breve, la villa completa se ha convertido en una masa de ruinas... La causa de esta decadencia es obviamente que el distrito no tiene recursos cuando no son explotadas las minas”.
La Gran Marcha del Grupo de Transporte de 1825-26 está considerada como una de las más grandes epopeyas dentro de la historia mundial de la minería, una hazaña de resistencia recordada con orgullo en los libros de los escolares mexicanos de hoy en día. También proclama el principio de la era del vapor, la Revolución Industrial, en México pues estas fueron las primeras máquinas en llegar y funcionar en el país.
En 1825 una flotilla de cuatro barcos – los Melpomene, General Phipps, Sarah y Courier – transportando un grupo de mineros córnicos contratados por la Compañía Minera Real del Monte, de capital británico, y 1500 toneladas de equipamiento, incluyendo nueve máquinas de balancín Cornish con sus correspondientes calderas y otro equipo auxiliar, llegaron a la costa mexicana procedentes de Falmouth. Este acontecimiento marcó la llegada de la revolución industrial a las costas de Latinoamérica.
Denegada la entrada al puerto de Vera Cruz por la guanición española de San Juan de Ulúa, el grupo desembarcó la maquinaria en la playa de Mocambo, donde los pesados componentes de las máquinas pronto se hundieron en la fina arena. Muchas de las barcazas que transportaban desde el barco las piezas de hierro, las bombas y las tuberías zozobraron lejos de la playa en el mar agitado y su carga nunca pudo ser recuperada. Se emplearon ocho semanas en salvar de la playa lo que había quedado de la carga antes de ponerse en camino hacia Real del Monte. De los 44 emigrantes córnicos que llegaron en el Melpomene, veintiseis murieron de fiebres y accidentes antes de poder asegurar el equipo fuera de la playa. Allí fueron enterrados, al igual que un número desconocido de ayudantes mexicanos.
Tuvo que construirse un camino sobre el cual transportar la pesada maquinaria desde Mocambo a Real del Monte. En total le costó al grupo un año realizar el viaje de 250 millas (cerca de 400 kilómetros) hasta Real del Monte, llegando a su destino en 1826. Durante ese épico año al menos la mitad del Grupo de transporte y alrededor de doscientos ayudantes mexicanos perdieron sus vidas a causa de los accidentes y las enfermedades.
Un relato contemporáneo de la llegada de las primeras máquinas al distrito minero de Real del Monte, recoge que “Las primeras máquinas llegaron a Real del Monte el 1º de Mayo de 1826.”
“Hicimos nuestra gran entrada en Real del Monte el primero de Mayo, era un día agradable y muchedumbres de mexicanos venidos de todas partes se habían reunido para dar la bienvenida a la primera entrada de una máquina de vapor en uno de los distritos mineros de México. Sonaron las campanas, las bandas de música tocaron y todo el mundo se vistió de fiesta. Realmente fue un día de triunfo y regocijo para el Grupo de Transporte que, después de tantas dificultades por el clima, las montañas y las inundaciones, habían tenido éxito al fin para transportarlas desde el Golfo de México hasta Real del Monte a una altitud de 3000 metros sobre el nivel de mar.”
A esto siguió un periodo de inversión y desarrollo de las minas del distrito. La Compañía Real del Monte pasó de propiedad británica a mexicana en 1846, en un momento en que se habían establecido las bases para una exitosa empresa. La comunidad Cornish continuó en Pachuca y Real del Monte a lo largo del siglo XIX, disminuyendo solamente durante la primera mitad del siglo XX. Había 3500 mineros córnicos y sus familias viviendo en el Distrito. Sus envíos de dinero a casa fueron una importante contribución a la economía de Cornwall durante los tiempos de depresión en el Condado, librando del hambre a muchas familias.
Hoy el Distrito de Pachuca – Real del Monte conserva muchas evidencias del periodo de asociación con Cornwall. Se pueden encontrar en la ciudad de Real del Monte ejemplos de edificios patrimoniales, donde son frecuentes los inclinados tejados de planchas onduladas de hierro que dan una “apariencia inglesa”. Cuatro Casas de máquinas de estilo córnico, que una vez alojaron las grandes Máquinas de Bombeo Cornish, sobreviven en Mina Acosta, Mina San Pedro, Mina Dolores y Mina Corteza. En Pachuca, la fachada de la Oficina de la Compañía Inglesa todavía se mantiene orgullosamente en pie. Aquí, la residencia de Francis Rule, de Camborne, el último Director córnico de Real del Monte, todavía muestra sus iniciales en su vidriera coloreada, un regalo al Estado de Hidalgo en su jubilación mientras el reloj de la ciudad de Pachuca da la hora con la melodía del Big Ben de Londres, cuyo mecanismo fue fabricado en Inglaterra por los famosos fabricantes de relojes, un regalo a la ciudad de Francis Rule. La gente de Cornwall llevó su religión allá donde iban y construyeron en Pachuca una Iglesia Metodista. El Cementerio Cornish de Real del Monte alberga las tumbas de muchos hombres, mujeres y niños córnicos que nunca volvieron a su lugar de procedencia.
La presencia e inversión córnica en el Distrito ha proporcionado un patrimonio único en México. Algunas veces llamado “El pequeño Cornwall de México”, Pachuca y Real del Monte tienen fama por sus “Pastas”, una especialidad gastronómica que se puede encontrar allá donde se asentaron gentes córnicas. El Distrito las produce diariamente, tanto como en Cornwall, “la casa de la pasta”, pero generalmente con rellenos decididamente mexicanos. Se dice que el Tenis fue jugado en México por primera vez por los directivos córnicos en Pachuca. Es en Pachuca donde los archivos de la Compañía Real del Monte, ahora bajo la custodia del Archivo Histórico y Museo de Minería AC., contienen detallados registros de los empleados córnicos, especialmente del periodo entre 1824 y 1849, un archivo único del pueblo de Cornwall. Los córnicos se casaban con familias mexicanas como se puede comprobar en el Cementerio, con el resultado de que hoy día los apellidos “cornish” no son inusuales, un ejemplo es el cuidador del Cementerio Cornish, el Sr. Umberto Skewes, que habla un poco de inglés y cuyo abuelo vino a Real desde Cornwall. Al menos una persona córnica vive aún en Pachuca, una anciana señora apellidada Richards que vino de Cornwall a México cuando era todavía una niña.
El juego nacional mexicano del fútbol fue jugado por primera vez en México por los mineros córnicos en Pachuca en 1900, un hecho que se celebra aún anualmente. El primer club de fútbol del país, el Pachuca Athletic Club, fue fundado también ese año. Un hecho poco conocido y apenas creído en un país tan fiel al fútbol, su deporte nacional. El primer equipo estuvo formado por Charles Dawe, John Dawe, James Bennetts, John Bennetts, William Blamey, Richard Sobey, William Bragg, William Thomas, Percy Bunt, Lionel Bunt, Albert Pangelly y William Pengelly. Un equipo sin duda “Cornish”. El Club Pachuca favoreció la formación de equipos en Ciudad de México y Orizaba. El primer campeonato mexicano fue jugado en 1902, “El Pachuca” ganó por primera vez el campeonato en la temporada 1904 - 05.
La Sociedad Cultura Córnico Mexicana fue fundada en 2006 siguiendo la iniciativa del Comité para el Hermanamiento Córnico – Mexicano, que ha preparado los primeros actos y visitas para promover los históricos vínculos culturales. Sobre estas primeras iniciativas se fundamenta el objetivo de la Sociedad de potenciar la creciente conciencia de los lazos culturales entre Cornwall e Hidalgo y de fomentar y ayudar en el desarrollo de estrechos vínculos culturales.
Richard Williams Msc
Dr Sharron Schwartz |